Las tres P del invierno: papa, puerro y pomelo

Llegó el invierno… y llegó acompañado de mucho frío. ¿Qué mejor que pensar en comidas calentitas que nos reconforten al llegar a casa?
Y si hablamos de alimentos típicos de esta temporada, tres protagonistas se destacan en las mesas argentinas: la papa, el puerro y el pomelo. Las tres empiezan con P, sí… pero también: potencian nuestros platos, protegen nuestra salud y provienen del campo argentino.
Papa: energía que reconforta
La papa, tercer cultivo alimentario más consumido en el mundo, es un clásico de los platos de invierno. Presente en guisos, sopas, purés y carbonadas, es un alimento noble y versátil. Es fuente de hidratos de carbono, con lo cual, es ideal para darnos energía en estos días fríos… además, nos aporta vitamina C (otro must del invierno), vitamina B6, potasio y carotenoides.
Argentina es uno de los principales productores de papa en América Latina, con cultivos que se concentran principalmente en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y San Luis, y, en menor medida, en Tucumán, Mendoza, Salta, Jujuy y Santa Fe.
Un dato curioso: ¿Sabías que la parte que consumimos de la planta de papa es un tallo modificado? Si, aunque muchos piensen que la papa que comemos en una raíz, en realidad es un tallo subterráneo engrosado, llamado tubérculo.
Puerro: sabor suave, beneficios potentes
Al igual que la cebolla y el ajo, el puerro pertenece al género Allium, dentro de la familia de las amarilidáceas (Amaryllidaceae), es decir, aunque son especies diferentes, son parientes muy cercanos. Con su sabor particular y elegante, el puerro enriquece cualquier preparación, sumando aroma y nutrientes. En purés, sopas o salteados, acompaña muy bien a la papa —¡un puré de papa y puerro es un clásico reconfortante del invierno!
Además de dar un sabor sofisticado, el puerro aporta agua, potasio, folatos, fibra alimentaria, vitamina C y vitamina B6 a nuestras preparaciones invernales. Como muchos vegetales, es bajo en calorías, lo que lo convierte en una opción saludable para incorporar en variedad de platos.
También tiene su parte curiosa: lo que consumimos del puerro es el tallo modificado, alargado y engrosado, que se llama bulbo, y parte de sus hojas.
Pomelo: cítrico con carácter
El pomelo es una fruta de sabor intenso y refrescante que aporta un contraste ideal a los platos del invierno. Su alto contenido de vitamina C lo convierte en un gran aliado para fortalecer las defensas que, en este momento del año, nunca está de más.
No solo eso, sino que puede acompañar a los guisos invernales con legumbres y mejorar la absorción del hierro por su contenido de ácido ascórbico. Además, nos aporta agua, vitaminas A, B1, B2, ácido fólico y minerales como selenio, hierro, magnesio, fósforo y potasio. Su contenido de fibra también es valioso, especialmente cuando se consume entero, no en jugo. Se puede comer como colación o luego de las comidas. Podes incluirlo en ensaladas de frutas, en postres…e incluso agregar gajos en el agua para saborizarla.
El pomelo se cultiva principalmente en las provincias del norte argentino, Salta y Formosa, pero también en Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Jujuy, Tucumán, Catamarca y Buenos Aires.
Una curiosidad: si sos de los que no pueden con las frutas frías en invierno, podés calentar el pomelo en la hornalla, hasta que se carbonice la cáscara, y luego pelarlo con cuidado y comerlo con miel.
QUÉ COSA SABIA LA NATURALEZA
Papa, puerro y pomelo, productos de invierno, representantes de distintos grupos de alimentos (hidratos de carbono, vegetales y frutas) y todos nos aportan vitamina C para ayudarnos a mantener altas nuestras defensas. Además, ¡nos aportan energía, nutrientes clave y sabor para pasar mejor esta temporada!
Las tres P del invierno no solo se combinan bien en el plato… también son una invitación a mirar los alimentos con otros ojos: con curiosidad, con gratitud y con ganas de descubrir todo lo que cada estación tiene para ofrecer.
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