Los primeros 1.000 días: la importancia de una nutrición adecuada

¿Un poco de matemáticas? 270 días del embarazo + 365 días del primer año de vida + 365 días del segundo año = 1.000 días claves para una infancia saludable. En esta nota te contamos por qué este período es tan importante y qué rol cumple la alimentación durante el mismo.

Una nutrición adecuada de la mujer antes y durante el embarazo, así como del recién nacido hasta los 2 años de edad, es clave para la salud presente y futura del niño.

 
El período de los, aproximadamente, 1.000 días desde el inicio del embarazo hasta el segundo año de vida constituye una ventana de oportunidad única para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT
) como obesidad y síndrome metabólico, entre otras. El rápido crecimiento y desarrollo que ocurre en estos primeros 1.000 días hace que cada etapa (embarazo, primer año y segundo año) tenga recomendaciones nutricionales específicas. A continuación, veremos la importancia y las particularidades que tiene la nutrición en cada una de las etapas comprendidas en este período.


Alimentación en el embarazo

Esta etapa va desde la concepción hasta el nacimiento (dura 270 días aproximadamente). Una alimentación saludable durante el embarazo es sumamente importante para lograr una adecuada ganancia de peso de la embarazada y un óptimo crecimiento y desarrollo del feto. Además, evita complicaciones materno-fetales. 

Durante el embarazo, aumentan las necesidades de energía (kilocalorías), hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales. También se recomienda aumentar el consumo de alimentos fuentes de ácidos grasos omega-3 y de agua.

Para más información sobre la alimentación en el embarazo, te invitamos a leer esta nota:  https://infoalimentos.org.ar/temas/salud-y-alimentos/469-alimentacion-en-el-embarazo

IMPORTANTE: Para prevenir fallas en el cierre del tubo neural y malformaciones congénitas (como anencefalia y espina bífida) se recomienda que las mujeres en edad fértil, sobre todo aquellas que están planeando un embarazo, consuman un suplemento de ácido fólico tres meses antes de la concepción. Comenzar a tomar un suplemento de ácido fólico después de que la mujer se entera que está embarazada no contribuye a prevenir los defectos del cierre del tubo neural. Es por ello que, es de suma importancia la planificación del embarazo y la consulta con el/la médico/a.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la administración diaria (por vía oral) de suplementos de hierro y ácido fólico durante el embarazo para reducir el riesgo de bajo peso al nacer, anemia materna y ferropenia. La administración de suplementos de hierro y ácido fólico debe empezar lo antes posible, es decir ni bien la mujer se entera que está embarazada.


Lactancia exclusiva

Esta etapa va desde el nacimiento hasta los 6 meses y dura 180 días aproximadamente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, siglas en inglés) recomiendan la lactancia exclusiva desde una hora después del nacimiento y hasta los 6 meses de vida; y continuar la lactancia, junto con alimentos complementarios adecuados, hasta los 2 años o más. Sin embargo, vale aclarar que la lactancia puede verse interferida por determinadas complicaciones (como mastitis, taponamiento de los conductos, etc.) y también hay determinadas situaciones en las que está contraindicada (galactosemia, cáncer, hepatitis C, etc.), en estos casos el médico pediatra puede sugerir el uso de fórmulas infantiles.

La lactancia es un proceso mediante el cual la madre provee un tejido vivo que responde a las necesidades nutricionales, inmunológicas y emocionales de su bebé. Además, tiene múltiples beneficios: 

Beneficios para el bebé

- La leche materna o humana es el primer alimento, el mejor y el más completo que puede recibir un recién nacido porque le aporta todos los nutrientes que necesita para un crecimiento y desarrollo óptimos.
- Se adapta a las necesidades fisiológicas del bebé, por eso la digiere mejor que a cualquier otra leche.
- Favorece y fortalece el vínculo afectivo entre la madre y su bebé.
- Es higiénica y segura.
- Está siempre disponible a la temperatura justa.
- Transmite factores de protección o “anticuerpos” que protegen al bebé de enfermedades.
- El bebé amamantado tiene menos riesgo de tener enfermedades infecciosas (respiratorias, gastrointestinales, etc.), y también tiene menos probabilidades de padecer enfermedades crónicas no transmisibles (como obesidad, diabetes, cáncer, etc.) en la adultez.
- Además, el bebé amamantado tiene menor incidencia de sepsis, enterocolitis necrotizante, desnutrición infantil, muerte súbita del lactante, infecciones respiratorias, alergias, alergias alimentarias, enfermedad celíaca, infecciones urinarias, problemas dentales y mal oclusión, eczemas y otras afecciones de la piel, y enfermedades intestinales del adulto (como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn).

Beneficios para la madre

- Menor sangrado posparto.
- Menor riesgo de padecer anemia posparto.
- Menor depresión posparto.
- Ayuda a recuperar el peso anterior al embarazo.
- Menor riesgo de cáncer de mama y ovario.

Por otro lado, la lactancia tiene beneficios para la sociedad como…

- Disminución de la morbi-mortalidad infantil.
- Menor gasto en atención de enfermedades.
- Mayor productividad, al disminuir el ausentismo laboral de los padres por enfermedades de sus bebés.

LA ALIMENTACIÓN DE LA MUJER DURANTE LA LACTANCIA TAMBIÉN ES MUY IMPORTANTE. Es bueno recordar que, al igual que en el embarazo, durante la lactancia las necesidades de energía y de nutrientes continúan aumentadas debido a la producción de leche. Por lo que, se recomienda que la mujer no descuide la alimentación durante y hasta el final de la lactancia.


Alimentación complementaria

Esta etapa va desde los 6 meses hasta el año (12 meses) y dura 180 días aproximadamente.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS / OMS), la alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche materna o humana sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales del lactante y, por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios.

La alimentación complementaria consiste en la introducción progresiva de alimentos sólidos (como verduras, frutas, cereales, carnes, etc.), sin interrumpir la lactancia.

La OPS / OMS recomienda introducir los alimentos complementarios a partir de los 6 meses de edad y continuar con la lactancia hasta los 2 años o más. Esta recomendación es avalada por UNICEF y por la Academia Americana de Pediatría (AAP, siglas en inglés).

Para comenzar la alimentación complementaria se requiere que desaparezca el reflejo de extrusión (es decir, la expulsión de alimentos no líquidos con la lengua) y que el niño adquiera ciertas habilidades como por ejemplo: que sostenga la cabeza, mantenga la postura de sedestación (posición del cuerpo sentado) con apoyo y sea capaz de agarrar alimentos con la mano y llevárselos a la boca. Al iniciar esta etapa, también es importante que los papás, las mamás y los cuidadores observen si el niño manifiesta interés por los alimentos y/o la comida.

Beneficios de la alimentación complementaria

- Aporta energía, proteínas, hierro y otros nutrientes esenciales que ya no se cubren sólo con la leche materna o humana.
- Estimula el desarrollo fisiológico, psicomotor y sensorial.
- Ayuda a crear patrones de horarios y buenos hábitos alimentarios.
- Estimula el desarrollo psicoemocional y la integración del lactante a la vida familiar.

Respecto al número de comidas diarias, se recomienda que entre los 6 y 8 meses los niños realicen 2 a 3 comidas al día y que entre los 9 y 11 meses realicen 3 a 4 comidas al día.

Se sugiere espaciar un par de días la introducción de un alimento nuevo para observar la preferencia o la aversión de los niños y para controlar las posibles reacciones adversas (alergias o intolerancias).

El “nene no me come”: sugerencias para iniciar la alimentación complementaria (y no morir en el intento) 

Paciencia. Esta es la palaba a recordar en la etapa de alimentación complementaria. Se pueden necesitar hasta 15 intentos antes de que los niños acepten un alimento nuevo. Es por eso que es importante tener en cuenta que es normal que los niños rechacen un alimento la primera vez que se lo ofrece, por lo que ¡no hay que desanimarse y se sugiere seguir insistiendo!

La OPS / OMS recomienda que la alimentación complementaria sea perceptiva. Para practicar la alimentación complementaria perceptiva, brinda una serie de sugerencias como:

- Alimentar a los niños respondiendo a sus signos de hambre y saciedad;
- Alimentar despacio y pacientemente; 
- Estimular o animar a los niños a comer, pero sin forzarlos (no obligar a comer a los niños cuando no tienen hambre);
- Si los niños rechazan uno o varios alimentos, probar con diversas combinaciones de olores, sabores, texturas y métodos de preparación para que se animen a comerlo/s;
- Minimizar las distracciones durante las comidas, sobre todo en aquellos niños que pierden interés rápidamente;
- Hablar con los niños y mantener el contacto visual durante las comidas.

Un aspecto a tener en cuenta cuando se inicia la alimentación complementaria es garantizar la seguridad de los niños mientras comen y minimizar los riesgos. Para ello, se sugiere estar atentos y supervisar siempre a los niños mientras comen. Con respecto a los alimentos, se los puede presentar triturados, cortados en trozos pequeños y en un plato. Se puede animar a los niños a que agarren ellos mismos estos trozos con sus manos, chequeando que los mastican bien. Esto puede transformarse en una buena experiencia perceptiva ya que se activan los sentidos (¡cuidado que no estén muy calientes para prevenir quemaduras!). Por último, la postura es otro detalle a considerar: asegurar que los niños coman solo cuando están sentados (nunca mientras están acostados o caminando) y no dejar que caminen o corran con algo en la boca.


Alimentación familiar

Esta etapa va desde el año (12 meses) hasta los 2 años (24 meses) y dura 365 días aproximadamente. Se denomina alimentación familiar porque los niños pueden consumir casi todos los mismos alimentos que el resto de la familia. Se sugiere que los niños entre los 12 y 24 meses realicen 3 a 4 comidas al día.

Durante esta etapa se recomienda:

- Tener un horario regular para las comidas.
- Seguir ofreciendo alimentos nuevos y estar pendiente de posibles reacciones adversas (alergias o intolerancias).
- Alimentar a los niños respondiendo a sus signos de hambre y saciedad. 
- Estimular o animar a los niños a comer, sin presionar ni forzar. No obligar a comer a los niños cuando no tienen hambre.

En cuanto a la seguridad de los niños mientras comen, se sugiere seguir los mismos consejos que en la etapa anterior, teniendo en cuenta que los niños a esta edad ya deberían haber desarrollado una mejor capacidad para masticar los alimentos y adquirido determinadas habilidades como agarrar y utilizar cubiertos (como cuchara, tenedor y vaso).

Alimentos a evitar durante la alimentación complementaria y la alimentación familiar

Alimentos a evitar  Alimentación complementaria
(de los 6 hasta los 12 meses)
Alimentación familiar
(desde el año hasta los 2 años)
Leche de vaca Xa  
Miel Xb  
Azúcar X X
Sal X X
Condimentos picantes X X
Infusiones (té, mate y café) X X
Bebidas azucaradas Xc X
Alimentos con forma esférica y/o pequeños
trozos de alimentos de consistencia dura
Xd Xd


a Los niños menores de 12 meses no pueden digerir la leche de vaca tan fácilmente como la leche materna o humana (o las fórmulas infantiles). Esto se debe a que la leche de vaca contiene mayores cantidades de proteínas. Además, tiene una mayor concentración de minerales que sobrecargan la función de los riñones. Por otro lado, la leche de vaca es uno de los alimentos que más frecuentemente producen alergia alimentaria en los niños.

b A los niños menores de 12 meses no se les debe dar miel (ni alimentos que las contengan) con el objetivo de evitar el botulismo del lactante.

c La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que no se introduzca jugo 100% de frutas hasta después del año (12 meses), a menos que esté clínicamente indicado. El fin de esta recomendación es que el jugo de frutas no reemplace el consumo de leche materna o humana (o de fórmulas infantiles).

d Hasta los 4-5 años no se deben dar alimentos en forma esférica (como arvejas, tomates cherry, aceitunas, lentejas, garbanzos, porotos, nueces, maní, semillas de calabaza, de girasol, etc., arándanos, uvas, pasas de uva, cerezas, choclo, pochoclos, etc.) y/o pequeños trozos de alimentos de consistencia dura (como zanahoria cruda, manzana, caramelos, gomitas, chicles, etc.) porque pueden producir atragantamiento o asfixia por aspiración. Los alimentos con forma esférica deben ser cortados a lo largo o a la mitad antes de ser ofrecidos. Los frutos secos no deben ofrecerse enteros, sí pueden ofrecerse en forma de dips o cremas. Los alimentos de consistencia dura deben ofrecerse cocidos, rallados o en preparaciones.

Como se observa en la tabla, a partir del año (12 meses) se puede introducir miel y leche de vaca. La AAP recomienda que hasta los 2 años los niños consuman leche de vaca entera (salvo que por algún motivo el/la médico/a indique leche descremada o parcialmente descremada). Esto se debe a que los niños necesitan grasas para un crecimiento y un desarrollo adecuado del cerebro. Después de cumplir los 2 años los niños pueden consumir leche de vaca descremada o parcialmente descremada.

Desde Infoalimentos, recomendamos consultar con un profesional de la nutrición y/o de la nutrición pediátrica que podrá guiar y orientar a las familias sobre la mejor alimentación en cada una de las etapas comprendidas en los primeros 1.000 días.

Lectura sugerida (en inglés): https://foodinsight.org/first-year-feeding-practices-video/


Referencias

- Moreno-Villares, José-Manuel, Collado, María-Carmen, Larqué, Elvira, Leis-Trabazo, María-Rosaura, Sáenz-de-Pipaon, Miguel, & Moreno-Aznar, Luis-A. (2019). Los primeros 1000 días: una oportunidad para reducir la carga de las enfermedades no transmisibles. Nutrición Hospitalaria, 36(1), 218-232. Disponible en: https://dx.doi.org/10.20960/nh.02453
- Organización Mundial de la Salud. (‎2014)‎. Directriz: administración diaria de suplementos de hierro y ácido fólico en el embarazo. Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/124650
- Ministerio de Salud. Beneficios de la lactancia materna para vos y tu bebé. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/salud/crecerconsalud/lactancia/beneficios 
- Organización Panamericana de la Salud. Unidad de Nutrición. Salud de la familia y comunidad. (2003), Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado. Organización Panamericana de la Salud, Washington DC. Disponible en: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/49259/CA_guiding_principles_spa.pdf?sequence=3&isAllowed=y
- International Food Information Council Foundation. Food Insight. Starting Solids: A Resource for Parents and Their Infants. August 1, 2016. Disponible en: https://foodinsight.org/starting-solids-a-resource-for-parents-and-their-infants/ 
- International Food Information Council Foundation. Food Insight. A Guide for Starting Solids. Liz Sanders. December 5, 2016. Disponible en: https://foodinsight.org/a-guide-for-starting-solids-infographic/ 
- Healthy Children (American Academy of Pediatrics). Alimentación y nutrición: su hijo de un año de edad. Disponible en: https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/toddler/nutrition/Paginas/feeding-and-nutrition-your-one-year-old.aspx 
- Healthy Children (American Academy of Pediatrics). Alimentación y nutrición: su hijo de dos años de edad. Disponible en: https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/toddler/nutrition/Paginas/feeding-and-nutrition-your-two-year-old.aspx

 


Artículos relacionados

Alimentación en el embarazo
Edulcorantes No Calóricos en embarazo y lactancia: ¿Qué dice la evidencia científica?
-
 Leche humana o materna: un alimento y algo más
Alergias alimentarias en la infancia
Historia natural de la alergia a la leche de vaca 
¿Qué es el botulismo del lactante? ¿Cuál es su relación con los alimentos? ¿Cómo se previene?