Enfermedades transmitidas por alimentos: Brucelosis

La brucelosis es una enfermedad que puede ser causada por alguna de las especies del género Brucella que infectan principalmente a vacas, cabras, ovejas, cerdos y perros. Aunque también pueden infectar a animales silvestres (como roedores y zorros) y marinos (como delfines, focas y ballenas).

Brucella melitensis es la bacteria que más comúnmente infecta a los humanos y se encuentra en vacas, cabras, ovejas y perros.

Esta enfermedad puede ser transmitida de los animales a los humanos, por el consumo de leche y/o sus derivados crudos, principalmente leche y/o queso de vaca, cabra u oveja sin pasteurizar. Es por ello que, la pasteurización de la leche, tanto para su consumo como para producir queso, es un proceso fundamental en la prevención de la brucelosis. El consumo de carnes y vísceras crudas o no cocidas completamente es otra forma de transmisión de esta enfermedad.

Es importante tener en cuenta que la brucelosis también puede transmitirse por manipulación y contacto directo con animales infectados; por lo que, las personas que trabajan con animales (granjeros, trabajadores de mataderos, carniceros, veterinarios y personal de laboratorios) tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad si no siguen normas de higiene.

El periodo de incubación de la enfermedad es de entre dos y cuatro semanas, aunque puede ser variable.

Los síntomas de esta enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, debilidad, malestar general y pérdida de peso.

Puede presentarse de manera aguda (rápida) o gradual. Si no se realiza un tratamiento con antibióticos, la infección puede volverse crónica.

La brucelosis también es conocida como “fiebre de Malta” o “fiebre del Mediterráneo”, debido a que la isla de Malta, ubicada en el mar Mediterráneo, fue el lugar en el que la enfermedad y las primeras especies del género Brucella fueron descubiertas.

 


Recomendaciones para prevenir las ETA en nuestro hogar

"Las cinco claves para la inocuidad de los alimentos" que propone la OMS son:

1. Mantenga la limpieza

Esta clave incluye lavar las manos con agua y jabón antes de preparar y/o consumir alimentos, después de ir al baño o de cambiarle el pañal a un bebé, después de manipular alimentos crudos, después de manipular basura o desperdicios, después de tocar mascotas o animales, etc. Y también lavar y desinfectar todas las superficies, utensilios y equipos usados en la preparación de alimentos.


2. Separe alimentos crudos y cocinados

Esta clave aplica para la compra, preparación y conservación de los alimentos. Para evitar la contaminación cruzada al manipular carnes y otros alimentos crudos, usar tablas de cortar y cuchillas diferentes; y conservar los alimentos en recipientes separados.


3. Cocine completamente

Esta clave recomienda: cocinar los huevos y las carnes (de aves, de vaca, de cerdo, de pescado y especialmente la carne picada) hasta que el centro del alimento (y todas las partes) alcance una temperatura mayor de 70°C, para ello se recomienda el uso de termómetros. Si se recalienta la comida asegurar que alcance una temperatura mayor de 60°C.


4. Mantenga los alimentos a temperaturas seguras

Esta clave incluye: evitar consumir cualquier alimento o comida cocida que haya quedado a temperatura ambiente durante más de 2 horas; enfriar lo más pronto posible los alimentos perecederos (por debajo de 5°C); no descongelar los alimentos a temperatura ambiente, etc.


5. Use agua y materias primas seguras

Esta clave recomienda: usar agua segura o potable para consumir, hacer hielo, cocinar y lavar los utensilios; lavar bien las frutas y verduras (especialmente si se consumen crudas); evitar consumir leche sin pasteurizar y productos lácteos elaborados con leche sin pasteurizar; adquirir alimentos o productos alimentarios en comercios o locales habilitados; adquirir alimentos o productos alimenticios que posean rótulo o etiqueta, verificando el nombre del establecimiento elaborador y sus datos, así como que tanto el establecimiento como el producto alimenticio estén autorizados por la autoridad sanitaria correspondiente (SENASA, Ministerio de Agricultura provincial, Bromatología provincial / municipal según corresponda); y no utilizar ni consumir alimentos después de la fecha de vencimiento.

 


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